domingo, 2 de mayo de 2010

Soneto: a Lorca

En esta trágica y triste alborada,
siete fusiles manchados con odio
al alba concibieron el oprobio.
La Luna lloraba de madrugada.

¿Federico, por qué te han fusilado?
¿Quiénes han sido los viles culpables,
malditos, verdugos, indeseables,
que en el rígido suelo te han dejado?

Fuiste soberano en tu pensamiento,
tus versos están en nuestra conciencia,
tú los enviaste a nuestro sentimiento.

Te quitaron la vida, y no la gloria.
Vilmente te han robado tu existencia,
aunque tu obra queda en nuestra memoria.

ANTONIO LARA RODRÍGUEZ
LOS AMANTES

Entre el día y la noche
se fundieron nuestros corazones,
por las ansias de mil pasiones,
para esto no tengo reproche.

Tu mirada fija en la mía,
tus ojos se clavan en mi alma.
Tu voz y tu mirada me calma,
cuando amanece un nuevo día.

Las estrellas tiemblan en el cielo,
de lo mucho que yo te quiero.
La luz de la luna, baña tu cara,
en esta maravillosa madrugada.
TORRE DEL MORAL.

Esbelta torre del Moral,
entre tus muros de silencio,
de pasado y viejo tiempo,
donde estuvo prisionero
el ultimo rey granadino,
que nació moro y sarraceno.

Tus vetustas y viejas piedras,
adormecidas y en silencio,
erosionadas por el viento.
En tus viejos y antiguos muros,
el tiempo quedó congelado.

LA FANTASÍA:

Los poetas suspiran a la luna.
Tus manos, son senderos luminosos
que hurgan en mis heridas.
Rayo de luz, que penetra en la noche,
viento y escarcha para la herida
en la gélida e invernal mañana.

Fuego en los corazones,
que apagan mil razones.
Los perros ladran en la lejanía.
Gemir del viento en la mañana fría,
rompes el hielo de mi fantasía,
deja que fluya libre, como el viento,
y que no atormente mi pensamiento.
EL SOL:


Brillantes rayos de luz,
que mueves al regocijo,
marcas el tiempo y destino,
nadie obstruye tu camino.
Eres nuevo, a la vez viejo,
fuiste pasado y presente,
pero nuestro ojos dejarán
muy pronto de verte.
¡Rayos brillantes alumbrar
nuestras miserables vidas!
¿Quién te creó, quién te fundó?
¡qué tanto poder te dio!
Dentro de ti, todo cuerpo
comienza, y todo termina.
SONETO A LA GUERRA,

Golpea el viento, y se rompe el silencio.
Grito y locura en la noche sombría,
muerte, tragedia, dolor, e impotencia.
Perdida de todo valor y juicio.

Rugen, truenan, los cañones marciales,
juventud sin sueños, sin ilusiones.
Hombres llenos de infames ambiciones,
privados de razón sin ideales.

Sin ningún sentimiento, y sin moral,
y careciendo de toda piedad,
repletos de locura apocalíptica.

Oscuras nubes, triste y afligida,
en noche de victimas inocentes,
que mueren en la sombra entristecida.


Antonio Lara Rodríguez